viernes, 26 de julio de 2013

Lo difícil de un adiós...

Ser mamá ha sido una verdadera bendición en mi vida.  Creo firmemente que he sido bendecida con dos hijos maravillosos.  Es cierto que hemos luchado diversas batallas en cuanto a salud con ambos... cada uno con las propias, sin embargo, son niños muy bien portados...  Creo que me ha tocado una tarea que en su mayoría ha sido agradable, placentera y divertida.

Pocas experiencias como mamá han puesto a prueba mi propia fortaleza de carácter y mi creencia de que debemos enseñar con el ejemplo.

Hace un par de semanas, me tocó vivir una de esas experiencias que realmente puso a prueba todo lo que alguna vez he aprendido y he experimentado como mamá.  Nuestra mascota enfermó mucho y murió.

Cami había estado con nosotros desde Navidad en el 2009, cuando decidimos regalarle un perrito a JD.  Lo había pedido insistentemente... y finalmente decidimos que debíamos intentarlo.  El amor entre ellos fue inmediato.  Desde ese día, se volvieron amigos inseparables de juego y se formó un lazo de amistad muy fuerte que los unió hasta el último momento y que aún los une.  Posteriormente cuando nació JA y fue tomando consciencia... ese lazo de amistad  se formó tambien entre ellos.


25 de diciembre 2009....  ¡Feliz Navidad JD!

Amor instantáneo...




Juegos interminables en el jardín...



Compinche de superhéroe... hasta capa de superman le puso en algún momento...


Lo mismo pasó con JA una vez creció un poco...



Hace poco escribí precisamente de lo mucho que disfrutaban sacarla a pasear por las tardes.  (pueden ver ese post aquí).

JA realmente no entiende el concepto de la muerte aún... tiene solo 2 años y medio.  Constantemente me dice: Mami, Cami se siente mal ¿verdad?, porque Cami pasó hospitalizada sus últimos días.

JD está un poco más al tanto de lo que implica la muerte y que Cami esté en el cielo... pero no entiende del todo el concepto permanente de la muerte aún, algunas veces por la noche reza pidiéndole a Jesusito que Cami regrese sana y salva.

Estando en un país ajeno, el proceso de definir en dónde enterrar a Cami fue algo complejo pues mi casa no es realmente mi casa y no tenía ningún lugar.  Por suerte, mi amiga Miriam vino al rescate ofreciéndome que podían enterrarla en el jardín de su casa del lago... la idea me pareció más que perfecta así es que acepté su propuesta sin dudarlo.
No estaba tranquila de pensar en nuestra mascota, parte de nuestra familia, a quien mis hijos llegaron a amar tanto,  tirada en algún basurero o incinerada junto con desechos químicos...  jardín hermoso con vista al lago de Coatepeque: PERFECTO.

 Cuando le contamos la noticia a JD, lloró con gran sentimiento por más de 30 minutos...  El dolor en sus ojos era tan intenso y tan profundo que debo admitir que realmente no logré mantener la compostura al cien por ciento.  Finalmente decidí que, sin perder el control, era bueno e importante que él supiera que yo también estaba triste y que es bueno llorar cuando uno siente tristeza... así es que lloramos juntos un rato.

Como dije antes... este ha sido uno de los momentos más duros que me ha tocado experimentar como mamá.  Sabía que mi ejemplo marcaría de alguna manera la forma en que JD vería la muerte y en cómo podría lidiar con los sentimientos que estaba afrontando (probablemente determinará su forma de lidiar con la muerte en un futuro).  Por ello debía permitirme sentir pero al mismo tiempo mantenerme en control para no asustarlo y herirlo más aún.

Con el objetivo de darles un poco de "cierre" a los niños, decidí hacerle un pequeño acto de despedida a Cami.  Conseguí globos inflados con helio, cada niño escogió los colores que quería y luego,  cada uno de los niños le hizo una tarjeta especial a Cami.  El objetivo era enviarle las tarjetas al cielo.




Su papá dedicó unas palabras para recordar a Cami y que JD supiera que ella estaba muy bien y ya no estaba sufriendo por estar enferma.


JD rezó y le dedicó unas palabras a Cami.


Y volaron los globos con las tarjetas...


JA se quedó muy quieto por un rato (solo un rato... jeje) en lo que los globos se elevaban en el cielo...


 Y JD quedó muy tranquilo después de poder despedirse y mandarle su mensaje al cielo a Cami.


 Creo que al final de todo, encontró tranquilidad en pensar que ella estaba mejor y en el cielo de perritos... 


¡FELIZ VIERNES!